El 22 de
marzo de 2010, en México, los padres de una niña de 4 años llamada Paulette
denuncian su desaparición tras haberla acostado en su nueva cama la noche
anterior. La niña había “desaparecido” y las cámaras de vigilancia de la
vivienda no habían registrado ninguna entrada o salida (aunque en realidad no
habían grabado nada). Se trataba de una familia adinerada con dos niñeras
dedicadas al cuidado de sus dos hijos. La niña en cuestión, padecía de cierto
retraso y tenía prácticamente inmovilizado uno de los lados de su cuerpo.
Cuatro días después de su desaparición, el juez autorizó a poder arreglar el
cuarto de la niña y las dos hermanas sirvientas no encontraron nada sospechoso.
Tampoco detectaron nada los perros que estuvieron olfateando las sábanas donde
durmió la niña.
Nueve días después de su desaparición, la niña fue encontrada muerta “acoplada” por dentro de la ropa de la cama, en el espacio que existía entre el colchón y el pie de la cama. Los peritos informaron que había fallecido por asfixia y que probablemente habría rodado durante la noche buscando la salida de la cama para levantarse. Un mes después los resultados de la autopsia del cadáver determinan la presencia de alcohol y paracetamol en la sangre de la niña.
Nueve días después de su desaparición, la niña fue encontrada muerta “acoplada” por dentro de la ropa de la cama, en el espacio que existía entre el colchón y el pie de la cama. Los peritos informaron que había fallecido por asfixia y que probablemente habría rodado durante la noche buscando la salida de la cama para levantarse. Un mes después los resultados de la autopsia del cadáver determinan la presencia de alcohol y paracetamol en la sangre de la niña.
El análisis
de la entrevista que mantienen los padres ante el canal de televisión pone de
manifiesto lo siguiente:
- Ante determinadas preguntas en el
padre aparecen microexpresiones de engaño o de ocultar información.
-
Patrones de conducta que reflejan
molestia, lejanía ante la pequeña y hasta asco.
-
La madre es más expresiva que el
padre y controla mejor sus emociones
-
El padre tiene dificultades para
falsear ciertos sentimientos.
El padre en concreto muestra
microexpresiones de asco (min 2:25)
y asco+enojo (2:27) cuando pronuncia
la frase “por eso no estoy desesperado de… pensar como lo hicieron” (dando a
entender que no le preocupa demasiado o que no está desesperado porque
aparezca). Su expresión es de asco (expresión mostrada) y no de disgusto (expresión esperada) como debería corresponder
normalmente.
Si tenemos
en cuenta el análisis de contenido se detecta que emplea con cierta frecuencia “sentencias en negativo” y palabras que
implican “generalización” (ej nada).
Ello se aprecia cuando pronuncia frases como “no hay ni desaparición ni secuestro, hay planeación”. Con esta
frase además intenta convencer al periodista incrementando la información para
comunicar lo que pasó e introduciendo detalles
innecesarios o incongruentes. Así entra en incongruencias al decir “… lo
que sale en la tele… parecen fantasías, que son reales, eso no no
no nos atropelló; a nosotros nos atropelló algo que puede ser más lógico, puede
ser muy sencillo, porque no no no , te digo, no hay nada ni científico ni probado que aquí haya pasado… este… eh….. un suceso”. Esta frase también tiene
contenido altamente significativo, no solo por la sentencia en negativo y la
generalización sino porque además aparecen
titubeos y evita emplear otras palabras como “secuestro”, “asesinato”, etc.
(emplea un lenguaje menos directo y más distante). También mediante esta
explicación, un tanto confusa, se dejan ver atisbos de conocer dónde está el
cuerpo de la niña (¿algo que puede ser más lógico y sencillo es la aparición
del cadáver en el hueco de la cama?). También llama la atención la rotundidad
con que afirma que “no hay nada, ni científico ni probado, de que haya pasado …”
sin saber cómo acabar la frase (¿intenta
exculparse o permanecer fuera de sospecha?).
La madre tiene momentos en que evita la mirada del entrevistador,
buscando distanciamiento con el
entrevistador. También vemos su mirada perdida hacia la habitación buscando
información relativa al caso. También denota signos de molestia o hartazgo cuando habla de su hija (sobre todo a través de
la voz/proxodia emocional), microexpresiones de disgusto (no de asco) y desaprobación
cuando pronuncia la palabra “esposo”. En otra ocasión su mirada claramente es
dirigida hacia abajo (movimiento kinestésico que estaría relacionado con los
sentimientos y emociones y que podrían ser indicador de cierto conflicto
emocional).
Respecto al
análisis de contenido de sus declaraciones destaca el distanciamiento que
manifiesta respecto al suceso o a la hija, cuando en una frase final pronuncia “nos vamos a unir y vamos a encontrar a esa
niña…”
Otro
detalle, muy común con otros casos, es que para tratar de encubrir todo el
proceso relativo al engaño, acudieron de manera entusiasta a los medios de TV
para que fuera más creíble su historia.
Edición del vídeo y análisis por José Manuel Petisco (mayo 2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario