Aunque en las últimas apariciones ante
televisión aparezca con camiseta, la apariencia del “pequeño Nicolás” fue
siempre impecable, con traje y corbata y, como aseguran algunos que le conocen,
vistiendo siempre de marca («Él siempre ha sido un poco
pijo, le gustaba vestir de marca», comentó un antiguo compañero del colegio
religioso San Francisco de Asís en un diario digital). Hay quien comenta que algunas
veces iba con chófer al colegio y que asistía «a clases de apoyo». También que «Iba
alardeando de que era del PP, y de que les ayudaba en las mesas electorales». Ahora,
sin embargo, da muestras de incomodidad y crítica hacia el PP, en las entrevistas
que ha concedido.
Curiosamente en Linkedin, la red de negocios más grande
del mundo solo aparece como estudiante del Colegio Universitario de Estudios
Financieros (CUNEF) 2012-2012. Y como aptitudes reconocidas solo le acredita
una persona en “política” y otra en “relaciones
públicas”. La de “política” la refrendada Antonio S., coordinador de
Área en Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, y la de “relaciones
públicas” una estudiante de DIPROFEN (Ana Mercedes V.). En educación figura
CUNEF 2012-2017 (previsto). Sin embargo, a pesar de tan tenue perfil, fue
consiguiendo contactos hasta tener más de 500 (cosa no muy complicada en este
tipo de redes). Precisamente en esta universidad, CUNEF, los alumnos afirman
que no se le ve mucho por clase. Y curiosamente en una entrevista concedida a
Telecinco, cuando la periodista hace alusiones a su expediente académico, éste
una y otra vez trata de desviar el tema y no entra en ello: no quiere parecer
mediocre.
Con solo quince años logró entrar en FAES (Fundación para
el Análisis y los Estudios Sociales), que preside el expresidente José María
Aznar. Quizás ahí estén sus inicios en el mundo de las altas esferas.
Otra información que se ha difundido, es la de ser amigo
de hacerse fotos y de darse notoriedad, colgando infinidad de ellas junto a políticos
y empresarios, para después colocarlas en su página de facebook,
Ante tal cantidad de información, la pregunta que se
plantea cualquier ciudadano de a pié es ¿cómo un joven de 20 años, con tan
escueta formación, sin apenas perfil de competencias profesionales que le
abalen, puede llegar a tener tanta trascendencia y repercusión en los medios de
comunicación social?
El caso del pequeño Nicolás podría recordarnos al estereotipo
de pícaro de la literatura española, pero adaptado a las nuevas tecnologías de
este siglo. Chico simpático, con don de gentes, mucha labia, hábil e ingenioso,
y que da muestras constantes de querer ser
el centro de atención de los medios. Tanta habilidad encontró su punto
más álgido cuando consiguió saludar a los nuevos reyes en el famoso besamanos. Ahí
le veíamos con esa sonrisa de satisfacción mientras inclinaba la cabeza, y tras
efectuar el saludo a la reina, apretando una mano contra otra. Faltó elevar las
manos y mostrar un emblema de triunfo. Lo había conseguido, ahora ya podría
colgar su nueva foto en facebook. Y así lo hizo.
Pero bueno, entre los políticos el no tener un expediente
académico brillante no parece que sea algo trascendental. Quizás eso no sirva
para nada, quizás no sea importante. Quizás el “pequeño Nicolás” se identifique
con muchos de esos políticos que no llegaron a alcanzar una titulación
universitaria y que llegaron a ocupar algún alto cargo. Quizás algunos
políticos lo vieron como uno de los suyos, como un joven con un enorme potencial
en el campo de la política, o de las relaciones institucionales. Qué más da que
tenga formación adecuada o no. A un funcionario, para ocupar un alto cargo, por
ley, se le exige determinada titulación, pero para ser todo un señor Ministro
no es necesario, ah, y también por ley.
Ahora, el caso del “pequeño Nicolás” nos ha llevado a planteamientos
serias dudas sobre si miente o no, sobre si es cierto que, nada más y nada
menos que Vicepresidencia del Gobierno, Casa Real y el mismísimo CNI, acudieron
a él para pedirle algún tipo de servicio. Pero, lo que más llama la atención es
que, ante tan asombrosas afirmaciones, los ciudadanos estamos en una situación
de tal decepción y hastío con la clase política, que nos llegamos a plantear la
veracidad de sus relatos.
Yo querría pensar que existe una explicación lógica a
todo esto y que el excesivo sentido de autoimportancia de este personaje le
acerca al denominado trastorno narcisista
de la personalidad. Que es posible que piense que está llamado a hacer
grandes cosas, a codearse con la élite. Que sus fantasías de éxito, de poder o
brillantez, le hayan hecho creerse que es especial y único. Y que todo ello, es
lo que le ha llevado a intentar relacionarse con esas personas o instituciones tan
especiales, o de tan alto estatus. Pero, como ciudadano de a pié, también me
pregunto cómo podía pagar el alquiler de esos vehículos de alta gama, cómo
podía contar con escolta o cómo podía invitar a comer a personajes como el
presidente del sindicato Manos Limpias, Miguel Bernad.
Hace poco le pudimos ver en un programa de Telecinco
mostrándose como una persona segura de sí misma y, para la gravedad del caso,
con aires de indiferencia (como en muchas de las fotos en las que aparece) e
incluso con una aparente tranquilidad, controlando sus nervios, aunque en los
momentos previos a la entrevista se le notara visiblemente intranquilo.
Le vimos deleitándose con verdaderas demostraciones de
poder. Gracias a él, le pusieron escolta a Miguel Bernad. Miguel Bernad, que
mantuvo varias reuniones con el joven, llegó a afirmar que el “pequeño Nicolás”
era recibido como un jefe de Estado. Y es que a este tipo de personajes les va
la grandiosidad y lo que temen en realidad es que se les llegue a tachar de
mediocres. Pero el “pequeño Nicolás” adopta una actitud racional y trata de justificar
su comportamiento involucrando nada más y nada menos que a Vicepresidencia de
Gobierno, CNI y Casa Real. Más arriba no podía haber apuntado. Además, su soltura
y labia al explicarse hacen que sus respuestas
parezcan convincentes, quizás porque otra característica de este tipo de sujetos
es que suelen ser ingeniosos y sus pensamientos suelen fluir con agilidad. Pero
tantos detalles en algunos momentos de la entrevista, no pueden ser fruto de su
imaginación. Y entonces nos vuelve a surgir la duda, ¿estamos ante un sujeto
con ciertos delirios de grandeza, que le llevan a ver situaciones que no
existen o a imaginarlas, de tal forma que él se las ha acabado creyendo? Ello encajaría
con esa escasez de indicadores de engaño en su comportamiento no verbal y que
algunos expertos se han apresurado a apuntar. Si realmente esto es así, su
desmedido afán de notoriedad le acercaría al delirio magalomaníaco.
El problema, bajo
mi punto de vista, es que se han ido conjugando tal cantidad de ingredientes,
que en sus manifestaciones aparecen elementos de verdad y otros fruto de su
imaginación.
Quizás, con engaños, haciéndose pasar por quien no es, haya
contactado con empresarios que al final han confiado en él para que les consiga
inversiones o negocios; o quizás le hayan utilizado para hacer de “mensajero”,
porque ¿cómo financiaba esas comidas y escoltas?, ¿cómo podía mantener ese
nivel de vida y de representación, sin ningún tipo de apoyo?
Un trastorno narcisista de la personalidad conduce a que
el sujeto haga lo que sea para conseguir notoriedad, aunque tenga que llegar a
engañar para ello. Recordemos que el “pequeño Nicolás” deja constancia de su
viaje a Ribadeo, como hizo con infinidad de fotografías con políticos y
personajes de las altas esferas, y ello apunta una vez más a ese perfil narcisista, pero alguien tuvo que
financiar esa y otras aventuras. Por ello, quizás confluyan las dos cosas.
Otro dato significativo es que en su detención,
interviene el grupo 9 de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, Unidad
que se centra en la seguridad de altas instituciones del Estado. Se comenta en
algunos artículos que, entre otros motivos, porque se hizo pasar por agente del
CNI, y también que le fueron requisadas placas de identificación; algunas
reales y otras falsificadas. Quizás hizo algún tipo de trabajo como externo al
CNI, a modo de mensajero (como “chalie”) y vio otras posibilidades yendo más
allá y haciéndose pasar por agente. Es tal la cantidad de detalles que ofrece,
en algunas partes de las entrevistas que le han realizado, que nos hace pensar
que está bastante familiarizado con los entresijos de esos ambientes.
Respecto a sus últimas apariciones, tras su puesta en
libertad, partiendo de que científicamente no se puede detectar la mentira,
podríamos apreciar ciertos indicios
que están relacionados con la falta de veracidad, o con la relevancia que para
él tiene determinado tema en un momento dado. Pero para poder apreciar esos
indicios de una manera objetiva, primero necesitaríamos saber cómo se expresa
habitualmente esa persona, cómo es esa persona en condiciones normales y, por
otra parte, tener imágenes en situaciones de entrevista, donde aparezca todo su
cuerpo, sin ningún tipo de barreras físicas y donde el entrevistador sepa detectar
las preguntas que realmente le incomodan, para incidir en ellas. Yo no he
podido localizar ninguna entrevista donde se den estas condiciones. No
obstante, acudamos a la entrevista mantenida en Telecinco y, sobre todo, a la
que con posterioridad apareció en El Mundo el 24 de noviembre.
Sabemos que hay 3 caminos para intentar detectar el
engaño, y digo “intentar” y no “detectar”: por indicios psicofisiológicos, por indicios de su comportamiento no verbal o por indicios obtenidos del análisis del contenido verbal de sus
manifestaciones. Despreciemos el primer tipo, ya que no es aplicable a este
caso, y centrémonos en lo más llamativo respecto a los otros dos.
Respecto al componente
verbal encontramos dos tipos de respuesta diferente. En un caso, con un
lenguaje más fluido y detallado, en la entrevista mantenida en Telecinco, sobre
todo cuando relata cómo ocurrió su detención. En esas declaraciones no duda en
su relato y da todo tipo de detalles. Sin embargo, en la entrevista aparecida
en El Mundo, cuando habla de esos supuestos contactos con Casa Real,
Vicepresidencia o CNI, su lenguaje se vuelve más evasivo, más duditativo, con
mayor número de muletillas (ehhh) y con mayor latencia de respuesta. Está demostrado
que cuando estamos sometidos a una mayor carga cognitiva, por intentar dar la
respuesta más adecuada, o porque estamos elaborando una historia, aparecen con
mayor frecuencia esos titubeos, muletillas o rellenos de información, para
tomarnos ese tiempo extra que necesitamos.
El que sea probable que detrás de este personaje haya
alguien más, se pone de manifiesto en varias ocasiones a lo largo de la
entrevista mantenida en el programa de Telecinco; por ejemplo en la frase sin
terminar, al hablar del problema de Cataluña cuando dice (min 2:20):
- “cuando
empieza a haber estos problemas ya, y se genera una rebelión independentista,
pues bueno entramos… entro en juego…”
Llama la atención que cuando le preguntan (min 2:39) ¿y
esto te lo encarga Soraya?, el responde con una amplia sonrisa de satisfacción:
- “me
lo encarga el Gabinete de Presidencia de Gobierno, efectivamente” (apretando
los labios)
- (tras
insistir el entrevistador) “es que si te lo digo, también es verdad que podría
incurrir en revelación de secretos ¿no?” (con una amplia sonrisa)
Ese apretar los labios suele identificarse como una forma
disimulada de ira contenida. La segunda frase, acompañada de esa sonrisa de
satisfacción, vendría a poner de manifiesto, una vez más, que le agrada la
intriga, el hacerse el interesante (¿no ha desvelado ya a lo largo de la
entrevista suficiente información confidencial?).
Su lenguaje se vuelve aún más duditativo cuando le
preguntan qué le encargó la Casa Real apareciendo esos titubeos, frases de
relleno o muletillas:
- (min
05:40) “bueno, la Casa Real, perdona pero es que la impotencia de las
injusticias me pone muy nervioso, la Casa Real lo que me encarga es que…
que bueno, la Infanta Dña. Cristina no tiene la culpa en ese momento de ehh…
(duda y demora en responder) de… de… del proceso judicial en el que está metido y bueno lo que me
pide es que en el… en el…(quiebra la voz y mira hacia abajo), en…en
la carta de…no sé cómo se llama (el periodista le ayuda), en la carta de
acusación, que fueran sinceros y que de verdad se comportaran de una forma buena con la Infanta, porque de
verdad yo creo que ella no tenía la culpa”.
En esta explicación podemos apreciar que el asunto le
afecta emocionalmente y que ello le provoca esos errores, pero además, y es
algo que ocurre en otros momentos de la entrevista, las cuestiones relacionadas
con la justicia le ponen nervioso. Curiosamente finaliza la frase con una
valoración que no viene muy a cuento y que podría interpretarse como cierto
deseo de acercamiento a la Casa Real o para hacerle un guiño.
Por analizar otro fragmento en ese sentido, cuando le
preguntan ¿quién te lo encarga y a quien te diriges?, responde:
- “dices me piden” (reitera la pregunta
posiblemente para ganar tiempo)
- ¿Quién te lo pide? (vuelven a preguntar)
- “bueno…ehh, bueno… Centro Nacional de
Inteligencia”
Más adelante (min 08:49)
- “porque al final lo que quería el CNI eran cosas que a
mí no me gustaban”
- cosas que no te gustaban, ¿por ejemplo?
-
(mostrando una sonrisa)”cosas que a mí no me gustaban” (amplia sonrisa y cierre
de ojos), ehhh… eso lo tendré que decir ante un juez (de nuevo quiebra la voz).
Esa sonrisa es de satisfacción quizás porque logra
mantener la intriga, ser el centro una vez más y una vez más se percibe que el
tema judicial le afecta.
Otro elemento interesante es que al hablar de los
contactos con Presidencia de Gobierno lo hace en tercera persona (“se
mantiene”) y no habla en primera persona (“mantengo”). Ello podría ser un indicio
de que en este asunto hay alguien más, o de que conoce detalles al respecto aunque
él no ha vivido el hecho en primera persona, o también como deseo de
distanciamiento:
- “Hay
dos personas con las que únicamente se mantiene la relación… en este
caso es la Vicepresidenta Primera del Gobierno y su Directora de Gabinete”.
- “se
tuvieron reuniones con Cristóbal Martel… (más adelante) se tuvieron
reuniones con…”
Mayor distanciamiento, e incluso crítica, hacia el
Gobierno pudo apreciarse en la frase (min 4:30):
- “el
Gobierno haya hecho lo que haya hecho, además de una forma desastrosa
¿no?”
Respecto al componente
no verbal, la grabación realizada no permite apreciar mucha información que
podría ser de interés. Tan solo resaltar que, por ejemplo, cuando cita como
contactos con Zarzuela a Carlos García Revenga, secretario personal de las
infantas, o a Alfonso Sanz Portolés (cuyo apellido pronuncia con fuerza),
añade:
- “bueno…tuve también algún… alguna llamada
telefónica con… pues con Su Majestad el Rey Juan Carlos. (bajando el
volumen de voz y agitando levemente la cabeza y apareciendo un leve lapsus
emblemático de “no”).
Una posible lectura de esta frase, más evasiva y
duditativa, es que hubiera mantenido algún tipo de conversación telefónica con
el Rey y para darse notoriedad quisiera resaltarlo, pero haciendo cuidado de no
mentir al decir, por ejemplo, que él recibió la llamada de Su Majestad el Rey
Juan Carlos (“tuve alguna llamada” es distinto a “me llamó”).
Otro elemento interesante relativo al comportamiento no verbal es cuando en un
fragmento de una de las entrevistas que circulan por internet pronuncia:
- “a
mí me hubiera gustado mantener una vida discreta, sencilla y tranquila”
Analizando detalladamente esas imágenes pueden percibirse
expresiones muy sutiles de asco, a modo de lo que Ekman denomina “expresión
leve” de asco. La expresión de esta emoción indicaría rechazo hacia lo que está diciendo y entre los posibles motivos de
su aparición están el intento fallido de ocultar esa emoción. Ello podría ser
un indicio de que esa afirmación es falsa y correlacionaría con las muestras de
gusto por la notoriedad que a lo largo de la entrevista ha dado, y con la
opinión que compañeros y conocidos han dado de él en distintos medios.
Vemos por tanto que posibles verdades y posibles mentiras
se mezclan en este caso y que, desde un análisis de comportamiento no verbal,
no podemos llegar a responder con certeza a las preguntas que el ciudadano de a
pié se sigue formulando: ¿ha sido este sujeto un colaborador de alguna de las
instancias que cita?, ¿a qué nivel?, ¿quién está detrás de este personaje?, ¿quién
costeó sus hazañas?, ¿de dónde obtuvo el dinero?, ¿alguien lo manipuló, por
ejemplo, haciéndose pasar por agente del CNI?
Respecto a la pregunta de la veracidad de sus
declaraciones, que cada saque sus propias conclusiones.
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